viernes, 20 de mayo de 2011

CIELO E INFIERNO


Un hombre, su caballo y su perro caminaban por una calle.
Después de mucho caminar, el hombre se dio cuenta de que los tres habían muerto en un accidente.
A veces los muertos toman tiempo para darse cuenta de su nueva condición.
La caminata era muy larga, montaña arriba, el sol era fuerte y ellos estaban transpirados y con mucha sed. Necesitaban desesperadamente agua.
En una curva del camino vieron una puerta magnifica, toda de mármol, que conducía a una plaza con piso de oro, en el centro de la cual había una fuente de donde salía agua cristalina.
El caminante se dirigió al hombre que vigilaba la entrada:
- "Buen día", - le dijo.
- "Buen día", - respondió el hombre.
- "¿Qué lugar es éste, tan lindo?" – preguntó.
- "Esto de aquí es el Cielo" - fue la respuesta.
- "¡Qué bueno que nosotros llegamos al cielo, estamos con mucha sed!" - dijo el hombre.
- "Usted puede entrar y beber agua a voluntad" - dijo el guardia, indicándole la fuente.
- "Mi caballo y mi cachorro también tienen sed."
- "Lo lamento mucho" - dijo el guardia -"Aquí no se permite la entrada de animales."
El hombre quedó muy desilusionado porque su sed era grande, pero él no bebería dejando a sus amigos con sed, así que prosiguió su camino.
Después de mucho caminar montaña arriba, con sed y cansancio, llegaron a un sitio cuya entrada era marcada por una puerta vieja semiabierta.
La puerta se abrió para un camino de tierra con árboles de los dos lados que le hacían sombra.
A la sombra de uno de los árboles, un hombre estaba acostado con la cabeza cubierta con un sombrero, parecía que estaba dormido.
- "Buen día" - dice el caminante.
- "Buen día" - responde el hombre.
- "Estamos con mucha sed, mi caballo, mi cachorro y yo."
- "Hay una fuente en aquellas piedras" - dice el hombre indicando el lugar.
- "Pueden beber a voluntad."
El hombre, el caballo y el cachorro fueron hasta la fuente y apagaron su sed.
- "Muchas gracias" – dijo el hombre al salir.
- "Vuelvan cuando quieran" - respondió el otro hombre.
- "A propósito" - dijo el caminante -"¿Cuál es el nombre de este lugar?"
- "Cielo" - respondió el hombre a secas.
- "¿Cielo?... Pero si el hombre que estaba a la entrada de la puerta de mármol me dijo que allá era el cielo..."
- "Aquello no es el Cielo, aquello es el infierno..."
El caminante quedó perplejo.
- "Pero entonces, esa información falsa debe causar grandes confusiones!" - comentó el caminante.
- "De ninguna manera, la verdad es que ellos nos hacen un gran favor" - respondió el hombre -


"Porque allá quedan aquellos que son capaces de abandonar a sus mejores amigos..."




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